LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN MARÍA
El 8 de septiembre es una de las fiestas marianas más antiguas,
introducida en el calendario litúrgico por el Papa Sergio I en el siglo VII.
Ciudad del Vaticano
Refugio, consuelo, ayuda, apoyo y
protección. Invocar a María significa recordar todo esto, porque la madre de
Jesús, para el pueblo de Dios, es el refugio seguro y el modelo de vida para
todo cristiano, un ejemplo de confianza y entrega. Hoy la Iglesia conmemora la
natividad de María, en el día en que se consagró en Jerusalén la basílica
construida sobre la casa de Santa Ana, la madre de la Virgen.
Un
poco de historia
La celebración de la fiesta de la
Natividad de la Santísima Virgen María, es conocida en Oriente desde el siglo
VI. Fue fijada el 8 de septiembre, día con el que se abre el año litúrgico
bizantino, el cual se cierra con la Dormición, en agosto. En Occidente fue
introducida hacia el siglo VII y era celebrada con una procesión-letanía, que
terminaba en la Basílica de Santa María la Mayor. En España y América Latina es
una fiesta que se celebra con mucho fervor.
Conmemoramos
el nacimiento de la madre de Jesús
Lo que hoy conmemoramos es el
nacimiento de una niña judía, María, que fue elegida por Dios para ser la Madre
de Jesús.
Algunas personas se sorprenden de lo poco que nos cuentan los evangelios de María. Todos desearíamos saber más de ella, conocer más detalles de cómo fue su vida, cómo vivió la presencia de Jesús.
El Papa,
llamamiento por Etiopía: Que sea el tiempo de la solidaridad
Lo que nos manifiestan los evangelios
canónicos, nos muestran de María que es una presencia discreta. Esa cierta
penumbra de su presencia, está justificada porque los evangelistas tienen como
objetivo anunciar a Jesucristo, manifestar su condición de Hijo de Dios y los
signos que muestran esa condición.
Lo
que dicen los Evangelios
Lo poco que nos cuentan los
evangelios es suficiente para ver determinadas actitudes que nos hablan de
sensibilidad: las bodas de Caná, la visita a su prima, embarazada de seis
meses. El guardar en su corazón lo que escuchaba a su Hijo, guardándolo todo en
su interior, seguramente para ir descubriendo la grandeza de quien las había
pronunciado y ver la realidad por los ojos de Aquel.
Una mujer que sufrió al escuchar las
cosas que se decían de Él. Había muchos que alababan a Jesús por el mensaje tan
humano que transmitía de Dios, pero también percibía cómo los importantes del
pueblo lo despreciaban y lo acechaban a ver si podían sorprenderlo en algún
fallo y poder tener motivos para acusarlo ante las autoridades. Todos sabemos
que, aparentemente triunfaron en su intento. Solo aparentemente. Jesús sigue
vivo.
El
anuncio de que la salvación estaba cerca
El nacimiento de María fue anuncio de
que la salvación estaba cerca. Con ella se cumplían lo que de antiguo había
sido anunciado por los profetas. El texto de hoy nos habla del nacimiento de
Jesús, pero de trasfondo nos habla de José y María. Personas confiadas en Dios
que aceptan, con sorpresa, este hecho único en la historia: recibir en el seno
de su familia el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios. Tan humano como el de
cualquier niño y tan trascendente y sobrenatural, como es el nacimiento del
Mesías prometido.
Hoy la Iglesia, como una gran
familia, se congrega para celebrar, festejar y agasajar a María. Un día
propicio para dar gracias a Dios por el nacimiento de la Madre de su Hijo y,
por ello, Madre nuestra.
Hoy podemos reflexionar que, lo mismo que acompañó a Jesús en su paso
por la tierra, sigue acompañándonos a los seguidores de su Hijo porque es Madre
de todos.
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